Iniciamos este blog con una entrada dedicada a una figura poco conocida del empresariado español, artífice del éxito de MAPFRE: Ignacio de Larramendi. Creemos que su ejemplo debería ser fuente de inspiración en las facultades de ciencias económicas y empresariales y escuelas de negocio españolas, y que de su experiencia pueden extraerse muy importantes lecciones.
Cuando se incorporó como director general a MAPFRE, en 1955, la aseguradora ocupaba un puesto próximo al 30 en el ranking del sector por facturación, y su misión prioritaria fue salvar de la quiebra a la empresa. Su primera decisión importante, al comprobar la difícil situación financiera a que se enfrentaba la mutualidad, fue bajarse el sueldo pactado un 30%.
Su dirección se caracterizó por apostar por las personas, se rodeó de un gran equipo humano que trabajaba ilusionado por la confianza que Larramendi depositaba en ellos. Fue capaz de propiciar una continua actividad innovadora, promocionar valores para conseguir un comportamiento ético y eficiente de directivos y empleados, anteponiendo siempre el interés del mutualista. Gracias a ello, en 1984 se convirtió en la primera aseguradora española.
Algunas de sus iniciativas fueron imitadas por otras compañías aseguradoras, como la creación de la figura del defensor del asegurado, la puesta en marcha de centros de investigación técnicos en torno al seguro, y las actuaciones en el ámbito de la responsabilidad social corporativa. Larramendi entendió mucho antes que el resto de directivos de su época que la clave de la competitividad empresarial reside en la innovación, la formación y la internacionalización.
Así, MAPFRE comenzó ya en los años sesenta dando formación a distancia a sus empleados, apostó decididamente por la tecnología ‑fue la segunda aseguradora española en adquirir un ordenador‑, e inició su proceso de internacionalización en los años 70 del siglo pasado, aprovechando la red de contactos de Larramendi fruto de su participación en la Unión Cristiana Internacional de Directivos de Empresa (UNIAPAC).
Larramendi siempre mantuvo una total independencia respecto de los poderes políticos y económicos. Firme defensor de la libre competencia, que consideraba clave para potenciar la eficiencia empresarial, se posicionó en contra de las prácticas oligopolísticas que caracterizaban al sector asegurador español, como la fijación de precios de los seguros por ley o las remuneraciones a empleados pactadas a nivel sectorial. Todo ello le llevó a abandonar la patronal del sector, UNESPA, en 1980. La rivalidad derivada de la actuación de MAPFRE fue clave en el proceso de modernización del sector asegurador español, que ha permitido a millones de mutualistas y consumidores disfrutar de seguros con una adecuada relación calidad-precio.
En 2021 tendrá lugar el centenario del nacimiento de Larramendi y entre los diferentes eventos organizados para rendir tributo a su persona se encuentra la publicación de distintos trabajos de investigación centrados en su figura, realizados por profesores de la Universidad San Pablo-CEU bajo el patrocinio de la Fundación Larramendi y la Fundación MAPFRE. Nuestro sentido agradecimiento a estas fundaciones por la confianza depositada y la oportunidad que se nos ha brindado para profundizar en el pensamiento y el estilo de dirección de una persona ejemplar.
Dr. Gonzalo Sanz-Magallón y Dra. Mercedes Rubio
Son, respectivamente, Directores del Grado de Economía y del Grado en Administración y Dirección de Empresas de la USP-CEU e investigadores del Proyecto “Emprendimiento, impulso ético y liderazgo: Ignacio Hernando de Larramendi en Mapfre y sus fundaciones».
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