España forma parte de la moneda única europea desde el 1 de enero de 1999. Desde 1995 el Banco de España ha sido formalmente autónomo con la Ley de Autonomía del Banco de España, que definió su finalidad primordial el logro de la estabilidad de precios, que en aquel momento se consideraba una tasa de inflación inferior al 3% anual. Del mismo modo, el Banco Central Europeo (BCE) establece que el mantenimiento de la estabilidad de precios es el objetivo principal del Eurosistema y de la política monetaria única de la que este organismo es responsable, en este caso persigue que la tasa de inflación sea inferior al 2%.
En cambio, la Reserva Federal, el banco central de los Estados Unidos, tiene un mandato doble: mantener la estabilidad de precios y conseguir el máximo nivel de empleo. A pesar de que se apunta que este objetivo doble de la Reserva Federal y el objetivo único del BCE es una de sus principales diferencias, no es del todo cierto que el BCE tenga solo un objetivo. Así, se apunta en la normativa que regula la política monetaria que «sin perjuicio del objetivo de la estabilidad de precios», el Eurosistema también «apoyará las políticas económicas generales en la Unión con vistas a contribuir al logro de los objetivos de la Unión». Estos incluyen, entre otros, «pleno empleo» y «crecimiento económico equilibrado».
De esta forma, se establece una clara jerarquía de objetivos para el Eurosistema. Se determina que el objetivo principal es la estabilidad de precios. Sin embargo, además este objetivo, se mencionan otros que siempre deben ser compatibles y subordinados al objetivo principal.
El BCE tienen en cuenta que el papel natural de la política monetaria en la economía es mantener la estabilidad de precios. Además, la política monetaria puede afectar la actividad real solo a corto plazo, afectando a la intensidad del ciclo económico moderando las fases expansivas y recesivas. Pero en última instancia, sólo puede influir en el nivel de precios en la economía.
La francesa Christine Lagarde, futura presidenta del BCE desde noviembre de 2019, sin duda tendrá en cuenta estos objetivos jerárquicos en su mandato. Se encuentra con una inflación contenida que crece al 1,2%, por debajo del objetivo. La política monetaria es expansiva con la cantidad de dinero (M3) aumentando a un ritmo anual del 4,8%, el desempleo en el 7,5% y el PIB creciendo solo al 1,2% y con perspectivas negativas. Por ello, no debería extrañarnos que mantenga las medidas de política económica que se vienen efectuando en los últimos años y que incluyen la compra de deuda pública y privada, y los tipos de interés se mantengan en un nivel muy bajo hasta el año 2021.
Los bajos tipos de interés han afectado a la actividad del sector financiero, cuyo principal cometido es captar fondos y prestárselos a otros agentes económicos a un mayor tipo de interés para obtener un beneficio. Con un tipo de interés cercano a cero, e incluso negativo, esta labor se complica y la banca ha experimentado una situación difícil en los últimos años.
Por un lado, Lagarde ha hablado de la necesidad de que países con sus finanzas públicas saneadas, como el caso de Alemania, recurran a la política fiscal expansiva para estimular su economía. La puesta en marcha de estímulos fiscales que contrarresten la mala situación de la industria europea podría servir para reducir la necesidad de una política monetaria expansiva. Sin embargo, si finalmente la situación económica empeorase y se necesitasen tipos de interés negativos, Christine Lagarde, podría impulsarlos ya que hace unos años cuando se le preguntó en una reunión del FMI por la posibilidad de una sociedad sin efectivo, expresó su opinión de que ese escenario era muy probable. Sin efectivo, se abriría la posibilidad de mantener tipos de interés negativos que podrían acabar afectando a la actividad del sector financiero, pero no entrarían en conflicto con los objetivos del BCE. Ya hemos comprobado en los últimos años como con tipos de interés cercanos a cero la economía mantiene una inflación controlada y se fomenta a corto plazo el empleo y el crecimiento. El tiempo nos dirá si el tipo de interés sigue bajo e incluso disminuye aún más o si puede seguir aumentando para mantener no solo la estabilidad de precios sino para cumplir los objetivos jerárquicos del BCE.
Juan Luis Santos Bartolomé
Es profesor del Departamento de Economía
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