Los niños que están aprendiendo la lengua materna, aunque no tengan ninguna dificultad o trastorno del lenguaje, se pueden ver afectados por el hecho de que los adultos que interactúan con ellos lleven mascarilla.
Sabemos que el hecho de observar los movimientos de los labios durante el habla es una ayuda clave para los niños en el proceso de adquisición del lenguaje. Los niños hasta los 4 meses suelen fijarse en los ojos más que en los labios del interlocutor, cuando tienen entre 4 y 8 meses y están aprendiendo a balbucear se fijan más en la boca que en los ojos. Desde muy pequeños son muy sensibles a la información articulatoria, lo que les ayuda a especializarse y perfeccionar la fonología de su lengua materna. Como la mascarilla impide que los niños dispongan de todos los elementos habituales para percibir y comprender el habla, esto podría afectar su proceso de aprendizaje de la lengua.
De entre todos los niños y niñas, los que tienen un trastorno del habla, del lenguaje, o de la comunicación son los que pueden sufrir más las consecuencias. El caso más evidente es el de los niños con deficiencia auditiva: aunque usen lengua de signos para hablar con otros signantes, se ayudan mucho la lectura labial cuando el interlocutor utiliza lenguaje oral.
Varias organizaciones, tanto globales como locales, han hecho recomendaciones para usar mascarillas transparentes en estos colectivos. Pero hay muchos otros niños que tienen una percepción auditiva normal y que sin embargo pueden verse muy afectados por el uso de mascarillas.
Si no disponemos de mascarillas transparentes, los adultos podemos hacer dos acciones principales para compensar la falta de input visual en la percepción infantil del habla:
Los gestos de las manos, la cabeza y del cuerpo son un elemento comunicativo muy eficaz. De hecho, cada vez hay más evidencias científicas de que la gestualidad y el habla forman parte de un mismo sistema integrado de comunicación. Sabemos que los niños que más gesticulan, y los que interactúan con adultos que gesticulan más, son los que mejor desarrollan el vocabulario y la gramática.
Cuando los niños aprenden una lengua, se fijan mucho en los gestos manuales y del cuerpo para entender que los quiere comunicar su interlocutor.
Con todo los padres deben “hiperestimular” para prevenir futuras complicaciones del habla y del lenguaje.
- Jornadas Permanentes sobre la Familia 2024-2025 ‘Familia y Vínculo’ - 6 de diciembre de 2024
- Simulacros de Juntas de Evaluación - 6 de diciembre de 2024
- Programaciones en las especialidades - 30 de noviembre de 2024