Se explica a continuación en qué consiste la metodología denominada Flipped Classroom aprovechando la inminente  celebración del I Congreso Internacional de Innovación Docente e Investigación en Educación Superior: un reto para las áreas del conocimiento los próximos 20, 21 y 22 de noviembre en el Hotel Weare Chamartín de Madrid.

Fuente de la imagen: https://facultyinnovate.utexas.edu/flipped-classroom

En casa la teoría y en clase los proyectos

La sociedad de la información y de la tecnología está convulsionando el mundo de la Educación, abriendo la puerta hacia nuevas formas de aprender. Como bien sabemos, la formación es para toda la vida, es decir es un proceso continuo, y para que así sea es necesario motivar al alumno a través de metodologías activas e innovadoras que favorezcan el aprendizaje hacia el intercambio y construcción del conocimiento.

Por otro lado, la figura del maestro/profesor debe adaptarse a los diferentes ritmos de aprendizaje de cada uno de sus alumnos. Recordemos que en la enseñanza tradicional, el profesor transmitía un contenido sin tener en cuenta si los alumnos podían procesar o no la información y luego, a través de los deberes en casa, se lograba el objetivo de la nueva adquisición.

Así pues y con el deseo de adaptar los espacios de aprendizaje a los alumnos, Jonathan Bergmann y Aaron Sams (2012)crearon la metodología Flipped classroom (=aula invertida), dando así un giro completo y alternativo al concepto de clase tradicional, cuyo esquema hierático consistía en un docente emitiendo una exposición y alumnos en escucha pasiva. Con esta nueva metodología activa el estudiante, además de recibir el contenido, lo analiza en casa y en clase, se trabaja activamente debatiendo, resolviendo dudas, haciendo proyectos, discutiendo, etc., transformándose el aula en un espacio de colaboración.

En otro contexto y para alumnos enfermos o bien de Pedagogía Hospitalaria, esta metodología facilita la enseñanza grabando las materias a impartir y visualizándolas  en casa, en el hospital, etc., y en el aula hospitalaria resolver dudas o realizar los proyectos para poner en práctica los conocimientos adquiridos. Por lo tanto, es una apuesta en pro de la individualización y personalización sobre la sistematización y estandarización de la enseñanza, e involucra a las familias en el aprendizaje.

En definitiva, estamos hablando de un enfoque pedagógico en el que la instrucción directa se desplaza de la dimensión del aprendizaje grupal a la dimensión del aprendizaje individual, transformándose el espacio grupal restante en un ambiente de aprendizaje dinámico e interactivo, en el que el facilitador guía a los estudiantes en la aplicación de los conceptos y en su involucramiento creativo con el contenido del curso (Flipped Learning Network, 2012).

Significa que el entorno (aula invertida), se muestra flexible y adaptable en función de las expectativas del estudiante que elige cuándo y dónde aprender. Se genera una Cultura de aprendizaje por cuanto la participación es activa en función de la construcción del conocimiento. La evaluación de lo adquirido es significativa ya que se realiza de forma personalizada. El profesorado maximiza el tiempo a través de la implementación de Contenidos intencionales con el propósito de emplear habilidades, destrezas y estrategias activas de aprendizaje centradas en el alumno. El papel del profesional de la Educación, reflexivo, tolerante e interactivo, consiste básicamente en la observación sistemática y continua de sus estudiantes realizando registros que proporcionen datos para poder analizar todo el proceso y evaluar la calidad docente.

Sin embargo, esta metodología no es nueva. Desde el movimiento de Renovación Pedagógica: Escuela Nueva, Benjamín Bloom, en los años 70, afirmaba que no era efectivo el dedicar la mayor parte del tiempo de las clases a escuchar una lección y dejar lo más creativo para casa. Precisamente lo más complicado y lo que requiera más especialización son las cuestiones prácticas de aplicación del proyecto sobre la teoría estudiada y además resulta el modelo pedagógico ideal para mejorar la relación profesor-alumno.

En relación a la dimensión cognitiva de la famosa taxonomía de Bloom, también podemos indicar que la clase invertida integra las fases del ciclo de aprendizaje, es decir, establece los medios para facilitar la recuperación de la información aprendida con anterioridad (Conocimiento). Nos permite presentar los contenidos con otro soporte diferente, facilitando el sentimiento de pertenencia (Comprensión) de aquello que hemos aprendido. Saber proyectar en la realidad las destrezas adquiridas en las nuevas situaciones (Aplicación/Generalización). Saber analizar (Análisis) a través de la recomposición del todo en sus partes integrantes y saber solucionar problemas partiendo de lo adquirido. Capacidad de generar, crear, programar nuevas formas de hacer (Síntesis) y saber valorar (Evaluación) desde la actitud crítica en función de unos objetivos programados.

Así pues, no solo consiste en grabar un vídeo de una clase teórica-práctica, existen otros medios como realizar un podcast o redirigiendo al alumno a una página web (Webquest). Se trata de un modelo pedagógico personalizado y con una orientación integral en el que el compromiso y la implicación del alumno se incrementa haciéndole partícipe de su propia creación.

                                                                                                           Cándida Filgueira Arias