En estos momentos tan complicados que atravesamos, parece inevitable caer en el desánimo. Está siendo, más que nunca, una Semana de Pasión para todos. Pero el Triduo Pascual que se aproxima nos lleva directamente a la gran fiesta de Pascua. No podemos, no podéis perder la esperanza.

Muchos habéis compartido con nosotros vuestra situación personal: familiares y amigos que han enfermado; de los que os encontráis lejos y a los que echáis de menos; problemas laborales que repercuten en problemas económicos para sacar adelante a vuestra familia… La casuística es muy amplia.

Aunque ahora veamos todo negro, esforcémonos por vislumbrar la luz. Quizá no sirva de consuelo, pero será (ya es) una realidad. Sabemos que cuando esta situación acabe todos seremos un poquito mejor: saldremos más reforzados, más solidarios, más comprensivos; sabremos disfrutar y aprovechar más cada momento que la vida nos regale; valoraremos mucho más las muestras de afecto y de cariño. Muchos no podrán seguir caminando a nuestro lado, pero, por ellos, precisamente por ellos, tenemos que luchar para remontar y salir adelante.

¡¡¡Mucho ánimo!!! Seguid demostrando que, aunque cueste, se puede.

                                                                                                                        Tibisay López García